Hace casi dos semanas llegaron a Houston mis sobrinos que viven en Venezuela. Teníamos 3 años sin verlos y la espera se hizo eterna, pero así mismo la alegría del reencuentro fue enorme y desbordada. Desde la mañana se instalaron las sonrisas y la expectativa y vimos el reloj no más de 100 veces a ver si finalmente era la...
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